El mundo es un lugar infesto de ratas olvidadas y borregos inmutables.
No hay sentimientos, solo formas de apariencia secreta.
Hechizos de almas recomidas por el diablo.
Laberintos semicirculares llenos de insectos invisibles.
¿Qué es la vida?
Un sinfín de emociones, tractores de la inconsciencia, un revoltijo de amarguras.
Un pozo sin fondo en una llanura abandonada.
La soledad me contempla, me llama, me contradice.
El rumor de las olas borra el recuerdo, mas el frío de la espuma incendia el movimiento.
Restos de una vida atormentada, de un corazón sin ilusiones, de un mundo de almas en penuria.
Rogando por la liberación de sus cadenas, de su opresión discontinua y desigual.
¿Humanos aquéllos que cometen macabras acciones? Mas ellos crean la impureza del cielo estrellado.
Un destino sin velas ni resguardo.
La locomoción no se detiene en ninguna efímera estación.
El adiós lucha por vencer la guerra de los labios, y su pena se estremece en silencio.