Alexander Vortice

LA EDAD

No recuerdo si los golpes

están a mis pies o todavía se pasean

por mi resquebrajada reminiscencia.

Los años pasan cual reloj de bolsillo;

hay un mensaje en el agua

y resonancias

que no tienen nada que ver

con el entendimiento.

 

Ya no recuerdo si fue ayer o anteayer

cuando vino a mí el círculo de restauraciones

para manifestarme que tras esta vida

tendría que acostumbrarme

a una aureola de exiguas emociones;

no sé…, y sin embargo la edad llega

con raspadores y caricias,

con huellas de dedos seccionados

y esperanza que fue infancia.

 

No recuerdo si los golpes

me enseñaron todo lo que hoy sé.