Mi alegría no se compara con nada al momento en que te miro caminar a la distancia.
Tan linda, tan bella, tan hermosa. ¡Que puedo decir cuando te amo!
Yo, y estas ganas, esta ansiedad de correr y abrazarte…
Decirte que lamento el tiempo que perdí sin ti.
Mirarte fijamente y perdernos en una cadena de sueños como antes.
¿Cómo fue que paso? ¿Cómo deje qué pasara?
Como es que ahora estas tan lejos y tan cerca de mí, con mi castigo de no poderte tocar y sentir un temblor en mi interior que me destroza, que me pierde en melancolía.
Me alegra verte, pero la tristeza se aprovecha al verte partir.
Cuando de niño te conocí “simplemente me enamore” y ese niño enamorado no se aparta de mi lado, encarnándose en mi alma sin razón ni fundamento, se ilusiono inocentemente de tu recuerdo.