Erase una tarde divinade otoño,
mis ojos cansados de tanto llorar.
Mi alma vacía de tantos recuerdos...
de miles de ilusiones que se quedaron atrás.
Miré a tus ojos,sin saber por pué,
sentí algo extraño...era un no sé qué---
...era tu mirada ,ella fué el porqué
La mirada dulce de nuestro querer?
Miré nuevamente a tus lindos ojos
y sin parpadear yo los contemplé.
Sentí desde entonces unaire más puro
la pureza de un amor en pos.
Fueron tus buenos hojos, tu dulce mirada
que llenaron mi alma de felicidad.
Desde aquella tarde divina de otoño
yo así te quiero, cada día más.
Autora Gilda Valinotti