Autopistas y confines de fronteras
decidieron entre tú y yo atravesar
una daga de dolor que en mí impera
desde el día en que partiste con pesar.
Circunstancias de la vida se enredan
al amor y a su exquisito venerar
son tus ojos, recordar tu piel de seda
mi sustento y mi cimiento, mi pilar.
Eres todos mis deseos y quimeras
lo que fuí, he sido, y he de revelar
mas, el trecho es un puñal que tanto sega,
vientre en duelo aún buscando tu pulsar,
y, en vaivén mi mustia alma te recuerda
¡dulce voz, tu cuerpo y faz, que adoro más!
Copyright© 2014 Rocío Vega-Ponce