Amarte fue fácil, sin esfuerzo alguno
porque pude entrar al mar del destino,
navegar tus aguas en los blancos grumos
transitar de nuevo tu viejo camino.
Amarte fue hermoso, fue lindo, sabroso
tus besos mojados de mieles de arce
calidos que queman los labios que arden
por tomar tus ansias de volverme loco.
Amarte fue fácil, tus ojos me engañan
tus manos tan suaves, acariciadoras
me incitan amarte tan pronto me tocas
y entonces me pierdo contigo soy nadie.
Ramón Oviedo
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