Esta rosa es tuya, hoy yo te la ofrendo.
Lleva desde aromas de bosque y montaña
hasta algún vestigio de gotas de sangre
que robó la espina.
Esta rosa es tuya, ahora sin astillas;
Bella, tersa y pura,
nació en clima agreste
del sur de los sures,
por donde la gaita
suspira en el alma
de antiguos galeses.
Esta rosa es tuya, igual que mis versos
que besan tus labios.
Esta rosa es tuya,
tal vez otras manos,
tal vez manos rudas,
hendieron la tierra,
y de aquel pobre esqueje
-desnudo y sin gracia-
brotó la hermosura
que fue terciopelo.
Esta rosa es tuya,
se impregnó con agua del manantial manso,
se vistió con brisas de la cordillera
y fueron sus amantes
-amantes silentes-
las plantas silvestres
que despeina el viento .
Guardó los silencios de la noche oscura,
los claros plateares de la luna llena,
los guiños lejanos de azules estrellas,
paciente princesa de las lluvias viejas
y de los abanicos que surcan el cielo.
Gotas de rocío, de invierno, de estío,
todo ese bagaje de amor y de ensueño,
llegará a tu lecho como flor de otoño,
como primavera que amanece lejos.
No halló en mi mirada tu suave sonrisa,
buscando tus ojos se internó en los mares,
allá va mi rosa llena de caricias,
y frescos rumores de los arroyuelos.
Posará en tu pecho, jugarás con ella, orlará tu pelo
y entre las penumbras sentirás mi aliento,
junto a tu tibieza, estarán mis besos.
Esta rosa es tuya y tuya es mi poesía.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
La fotografía la tomé en casa de mi hija, en Trevelin (Provincia del Chubut, Patagonia Argentina). En Trevelin (pueblo del molino en idioma galés) se afincó una colonia galesa allá por fines del siglo XIX y aún conserva las tradiciones de aquellos primeros habitantes. En cuanto a la poesía debo aclarar que ya la publiqué hace algunos años –aunque ahora está modificada- con el mismo título y bajo otro seudónimo y que ya fuera oportunamente borrado como así los poemas.