¡Por favor, no censures!
comprende...
fueron vencidas
por el tiempo y la soledad,
un día...
abandonaron la cornisa
y dejaron de trepar las ventanas.
¿Para que hacerlo?
-si como yo-
no pueden encontrar tu mirada,
dirigirse a ellas,
y a los caminos del horizonte
en que me vislumbrabas,
si ya no escuchamos
-ni ellas, ni yo-
tu amada voz cantar,
si por siempre han callado
los ecos de tu risa,
y las canciones infantiles
que inventabas
-a ellas y a mi-
Y son esas ausencias...
única razón y causa
del suicidio colectivo
que ocurrió en tus jardines.
¡Por favor, no censures!
para que volver a casa
ahí...
no hay más vida
que abone nuestra tierra,
esperando por ti
en tu silbarle al silencio
han muerto...
¡Una parte de mí!
-y todas tus plantas-.
Tizzia Holwin
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