¿A cuántos pasos estás
que de la nada apareces?
robándote mi mirada,
a la costumbre:
sutilmente.
Apartándome sigo allí,
tan contradictoria como siempre;
buscando información
sobre alguna causa aparente.
La razón no la entiendo
aunque, indiscutiblemente,
¿para qué entender?
está claro lo evidente,
nada se le puede hacer.