Ha llovido pertinaz la noche completa,
El agua permanece en charcos de espejo
Donde las estrellas danzan como ruleta
Jugando a ser peces al dar su reflejo…
Hacia ellas tiendes tus ojos buscando
Su secreta serenidad con tanto anhelo
Y con tan dulce voz vas preguntando:
¿Qué hace temblar el espejo del cielo?
Cuántas veces miramos sorprendidos,
Tu mano inquiriendo signos de estrellas;
En mis tristes párpados humedecidos
He sentido que brillas más que ellas…
La contemplación de tus ojos anhelo,
Por esencia instintiva de mi sentimiento,
Y con admiración, aunque me desvelo,
Te sigo dedicando mi mejor pensamiento.
Así es mi caricia que palpa y despierta
Tu dulce caricia que lágrimas bendice;
Que llega risueña hasta mi alma abierta
Y que tu mirada nunca la contradice…
Así es mi caricia que escucha y habla,
Que da ritmo a los silencios del alma
Porque une lo íntimo, lo lejano y entabla
Nuestros sueños en apacible calma...
Así son tus manos cuando me acaricias:
Como una unción de bienaventuranza,
Reposo encantado con tantas delicias
Y con tu entrega, colmas mi esperanza…
...y permanecemos en el juego amoroso,
Puro y ancestral de lejanas estrellas
Que nos alumbran con brillo jubiloso
Para que realicemos nuestras epopeyas…
José Bernardo Romero Núñez
BERNA