El tiempo corre, veloz se lleva las emociones
solo me quedan como espinas clavadas
tus silencios.
Me saben crueles, agudos, dolientes
siembran en la tierra de mis desesperanzas
lo que luego cosechará el olvido:
mis silencios.
Tus silencios son como la playa
que no es besada por cadenciosas olas
que lejanas las miro estallar tan ausentes
y en su cresta agitada se ahogan los recuerdos.
Tus silencios, me dejaron el corazón tan triste
que sus palpitaciones no agitan más mi pecho,
mi escasa alegría de amar quedó tan trémula
como un rosal marchito que se cubrió de abrojos.
Debajo de las sabanas se acurruca el anhelo
no quiere despertar, por no encontrarse de nuevo
con la cruel constancia de ser un barco perdido
en medio de una tormenta
que no puede encallar en ningún puerto
Porque sus anclas y sus velas se perdieron
En el mar de tus silencios.