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A mi amada esposa

A mi amada esposa

Por: José Miguel Pérez Amézquita

 

Yo me siento acompañado, todas las noches y días,

De noche no por la luna, ni de día por el sol;

Sino por algo mejor, que a mi Dios regalaría,

Y ella es mi compañera, ella es la esposa  mía.

 

Mi amada esposa, cual Luz, como así la bautizaron;

Madre de mis tres hijos, y raíz de ocho nietos,

Y para ser más perfecto y agrandar la alegría;

Se ha completado la fiesta, con Zohelis la bisnieta.

 

Por eso yo miro al cielo, y le doy gracias a Dios,

Si fue acaso que el creyó, que yo me lo merecía;

No lo pongo en discusión, y mucho menos en dudas,

Pero siempre yo le pido, para todos la bendición.

 

Yo siento mi corazón, como quedarse pequeño,

Pero late aquí en mi pecho, con estruendosa emoción;

Veo a luz con tanto amor, y ese don de señora,

Abrazarme y darme un beso, sin importarle la hora.

 

Yo sé que  un santo no he sido, pero tampoco un judas,

Por mi culpa ella ha llorado, más de lo que ha reído;

Y no lo puedo ocultar, de hacerlo sería un cobarde,

Y no es que de eso yo alarde, lo que me alarda es su amor.

 

Gracias compañera mía, gracias dulzura y consuelo,

Le pido al Dios de los cielos, que te bendiga por siempre;

Y que así juntos nos deje, y ver crecer la familia,

Tú eres la mejor semilla, mi amor, Luz Dary Colón.

 

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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita