Era una mañana vestida de gris,
Caminando me encontraba
Donde el destino me alumbraba.
Una tenue brisa me cubría el rostro,
Dejando percibir el aroma otoñal.
Esta estación trae en su viaje ocasional
El despojar del vestido a todo lo verde,
Sin importar el maltrecho tronco que sostiene,
Pero tan dura como la historia que contiene.
Pasarán abuelos, padres e hijos y ahí seguirá
Ese roble macizo y pertrecho no se desdoblará
Porque así lo destinó la naturaleza
Como a cada uno, su destreza.