Oscar Castro Araya

MELISSA

Antes, mucho antes,

que fueras concebida;

yo sabía que venías.

 

Antes, mucho antes,

que nacieras;

yo sabía que eras mujer.

 

Guardé como tesoro escondido,

un baúl de caricias

y contuve, durante años,

la sonrisa del triunfo.

 

Un 30 de noviembre,

con brisas de primavera

en 1984 la espera:

se hizo realidad.

 

Y tu fuiste soplo de mi vida,

carne de mi carne,

amor de mi amor.

 

Solté, al viento,

la sonrisa hecha risa

y abrí el baúl de las caracias:

¡ Guardado sólo para TÍ !