La oscuridad me atraviesa de nuevo, y cae la noche entre el viento gélido.
Miro através de la ventana abierta,
miro y no veo más que un vecindario solo.
Miro y busco estrellas, y me esmero por encontrar en ellas una insignificante compañía.
Pero ahí voy yo de nuevo,
esperanzándome entre el cielo y sus nubes,
aún cuando no hay más que oscuridad, inmensidad... y astros que a mis ojos brillan invisibles esta noche.
Los minutos se arrastran mientras suenan las teclas del piano.
Las horas corren, mientras imagino trágicas historias de amor a su melodía.
El cielo también escucha el piano, ¿Verdad?
Si así es, supongo que no estoy tan sola
si es así, dejaré de sentirme vacía...