Managua, 1 de enero de 2008
Que nadie me juzgue por amar lo inamable,
porque ¿Acaso el corazón tiene ojos para las demás?
Sí sólo la ve a ella, no me juzguen, no me condenen,
que no puedo encerrar lo que siento,
cuando la veo, cuando la escucho,
quedo cautivo y preso de sus labios...
y ya no soy yo más\"