Dos cataratas inmensas de luz
derramas en transparente mirada,
atrayentes son, hermosa crisálida
bellos imanes, esperando a trasluz.
Despides de esos ojos hermosos,
-que DIOS eterno en ti depositó-
sutileza y serenidad que también proveyó,
haciendo de ellos, dos luceros primorosos.
Enmarcan tu bello óvalo facial,
haciéndole sombra tus cejas
a tu exquisita boca, campo de fresal.
Me siento apresado...entre rejas,
admirando tu belleza sin igual,
y así seguiré...¡si me dejas!.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN,MEXICO, Marzo 25/14