Te voy a narrar lo que por mi mente viaja en un segundo... ¿tienes cien años disponibles para escucharlo?
Y si lo quisieras escrito en papel ¿donde guardarías tantos tomos?
la única manera de hacértelo saber, es en un abrazo de cinco segundos, en ese lapso sentirás perfectamente el torrente de esa actividad, su color su sabor y su peso, así después ya no habrá nada que decir y podrás continuar tu camino llevándote todo eso que no está escrito ni explicado, todo en la energía de un abrazo.