Ya no lloran las noches en tus ojos
ni sonreirá ya la luna a tu paso
ni perfuman las flores ya mis otoños,
solo quedara el dolor del fracaso.
Ya que importara la pena que yo tenga
para que mi alma se muera en lamentos,
si me quedara tu huella aquí en mi alma,
con las heridas que forma el tormento.
Pajarillos que vuelan en la aurora
cantaran cantos y tocan a muertos
y la tristeza de este corazón,
se ha enfermado de tantos lamentos.
De nada importa la vida sin ti,
ni que el aire pase por mis pulmones
solo, esperare que llegue la parca,
y que se abracen nuestros corazones.
Autor Joaquín Méndez.
En Miguelturra.
Martes, 25 de marzo de 2014
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