Ayer bajo la sombra de obscuros cipreces
entre manojos de lirios y claveles
se acercó suavemente la ilusión
de mirarte en mis recuerdos fieles
y te vi como cuadro de colores
donde te pinté ese día de eternos amores
Acuérdate que con una tijera recorté
labios, senos y faldones
que fui poniendo en la tela
formando un cuerpo de pasiones.
Tu beso profundo de calores
fue un rojo intenso de sabores
y tus senos blancos como albores
de la amanecida tomada con fulgores,
fueron dos montes enmarcados
como ríos de alegres emociones.
Tu cuerpo se cimbraba con el tiempo
al mismo compás de cipreses soñadores.