Ésas bellas canciones que escuchábamos
Cuando nuestro amor fue realidad,
Cuando no importaba la sociedad,
Sino solamente cuánto anhelábamos;
Con grande vehemencia nos entregábamos
Entre armonía y sensibilidad
De aquella música; con honestidad
Con la que tú y yo siempre deseábamos,
Conjuntábamos anhelo y pasión,
Sin preocuparnos lo que pasara,
Vivíamos con pasión la jugada
Que deparaba: cuerpo y corazón;
Nada, en esos momentos preocupaba:
Amar, era nuestra única obsesión;
Gozar fue nuestra principal acción
Sin pensar en lo que después quedara...