Deslumbrante estrella fugaz en mi pecho
calcinante chispa, hoguera abrasiva
atravesaste con tu breve haz defeso
atizando instintos, mis ansias de vida.
En un santiamén te adueñaste en opreso
de cada momento hirviente ese día
prendí sin pudor mis más bajos deseos
perdida extravié el pudonor en la pira.
Cubrimos los cuerpos candentes de fuego
inflamando instantes de historias ficticias
de rojo carmín al granate en bermejo
gozando hasta hartar las lenguas, delicia,
y más tarde, de sexo y placer, satisfechos
¡cigarrillo, adiós de final... despedida!
Copyright© 2014 Rocío Vega-Ponce