En busca del apoyo Papal,
la Emperatriz Mexicana,
se embarcó muy de mañana
hacia la Roma inmortal.
Pío le dice: -¿Que te trajo?
-Mi asunto en verdad es serio
ya que a mi esposo su imperio,
se le está viniendo abajo.
Se termina la entrevista.
Da el Papa su bendición,
ella con mucha emoción,
le dice: -Santidad hasta la vista.
La esposa de Maximiliano
quien sabe como lo urdió,
pero ella esa noche durmió
¡y dentro del Vaticano!