El ATARDECER, muy pocos nos detenemos a ver su magia.
Al caer el sol, el día muere, en rojos, rosas y azules,
sus últimos rayos tiñen de oro mar y cielo.
agoniza la tarde, entre difuminadas luces.
Suave, dulcemente, pareciera huir la vida como el día.
perdiéndose en un lejano y eterno horizonte.
Atardecer de campos, atardecer de playa y cielo.
Atardecer, convirtiéndose en oscura noche.
Sumergidos en su silencio, dormimos en su silencio.
En fingida muerte, jugamos engañando a la vida.
Soñando nuevos amaneceres púrpuras, azules y rosas.
envueltos en la ensoñación, arropados en esperanzas nuevas.
en nostalgias, de un colorido otoño, en este cálido y lluvioso verano.
El AMANECER, La indiferencia nos priva de verlo.
Amanece, madrugada de escarcha presagiando frió.
Emerger cansino de sol tibio y quieto.
Transformando en espejos, gotas de rocío.
Renovando sus trinos adormecidas aves.
Amanecer nuevo de dulce sosiego, amanecer del alma.
Amanecer de Espíritus, Juguetones, inquietos.
Despiertan del sueño los cinco sentidos de inconsciente noche.
Despiertan del engaño de una muerte fingida.
Renacer de sueños, volviendo a la vida.
Despertar de un día, que la indiferencia nos priva de verlo,
de saber que somos parte del misterio
que a la plenitud, sin saber volvemos.
¡Si! Señores míos, tengamos en cuenta; Si al atardecer morimos
En cada amanecer, así, inesperado, casi sin quererlo,
a toda criatura bajo nuestro cielo, Dios nos da el regalo,
¡DE NACER DE NUEVO!!!.
Nicolas Ferreira Lamaita.