Sólo quiero bailar con tu cuerpo en el mio
sobre una pista de seda blanca
y zapatos de piel morena.
Bajo la noche en plenilunio,
con un tango de Gardel o de Piazzola,
rodeados con paredes sordas.
Agarrarte la cintura con mi derecha,
con la izquierda: tomar tu mano,
llevarte bailando, bailando, a todos lados.
Moviéndonos de aquí a allá, siempre
al mismo ritmo, como unidos de por vida,
sin separarnos por medida ni por muerte.
Yo sólo quiero bailar ,
qué más da si es hoy o mañana
o en dos días o semanas.
Si me dejas ver tu cuerpo
armonizar con mi ritmo
o escuchar tu canto ahogado.