Reflexiones
I
Empiezan las rondas de los niños,
Es su juego de la mañana;
Un mensaje oculto en la pradera,
Tristemente lloran las citaras.
II
el lobo ha llegado, el temor se ha completado,
abre sus fauces de licores, humos y sin sabores.
III
pasaran días meses u horas,
para que el pibe vuelva al parque;
ya no canta rondas, volátiles de imaginación,
alucina con ganya, su destrucción.
IV
dejo de ser niño, se olvido de los pañales,
Piensa en atrapar avecillas con faldas;
Tristes ilusiones y melancolías,
Se relaja pensando que mañana mejorara la vida.
V
Una luz, una estrella, un brillante,
momento de primavera;
hay se encuentra sentado el chamaco,
observando como pasa el tiempo anonadado.
VI
mira a lo lejos en el horizonte,
un vestigio de luz, de esperanza;
se cree que ya está perdido,
en lo profundo del mundo,
sin amor y sin comparsa.
VII
oh dulce e impotente mañana,
Dadme fuerzas para seguir adelante;
No quiero ser parte de la infame parca.
VIII
Busco el momento adecuado, estar a tu lado,
Vivo muerto y olvidado, de todo lo bueno de todo lo santo.
IX
Solo me queda la esperanza de la redención,
por lo que me hinco esperando contar;
con ese abrazo, ese beso que me mantenga despierto,
para poder alejarme de ese lobo al asecho.