Te esperé entre las hojas del camino
Un camufle perfecto de mi pintor para verte
Aguardé el paso del sol por las montañas
Y también cuando se antojó en ser ocaso…
Te esperé al llegar la noche…
Luciérnagas brillaban como perlas finas
Quise armar un collar con tu nombre
Pero se esfumaron entre la neblina…
Te esperé por muchos días y años
Las horas se volvieron siglos
Y los segundos eternidades…
Pero no llegaste…
Sólo quedó la sombra de un ave
Vestida de traje blanco
Como novia abandonada
A la puerta de la iglesia…
Te esperé… pero fue fallido encontrarte
Ya no estabas…tenías armado un nido en un ciruelo
Con una niña de plumas crema y amarillo
Y la espera se volvió sueño…
Y el sueño… sólo la ilusión de un día…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 18/14