Alfonso J. Rodríguez M.

A MI TIERRA NATAL

 


Ciudad de mi Trujillo estás anclada

en un valle de encantos y primores

do la divinidad sembró sus dones

para verse por siempre reflejada.

 

Se vislumbra tu esbelta serranía

ornada con verdores y destellos

y se encuentran en ti paisajes bellos

que son notas de amor y fantasía.

 

Eres ciudad portátil paradigma

de grandes ideales y de historia

en ti brilla la luz de la victoria

que siempre llevaremos como estigma.

 

Quizo el Libertador romper cadenas

cuando firmó el Decreto en tu recinto

y aunque vivamos tiempos tan distintos

su espíritu se anida en nuestras venas.

 

Alguien te bautizó como un pesebre

de eterna navidad que resplandece

cuando llega la noche y aparece

la Virgen de la Paz dulce y alegre.

 

Por eso cuando escribo este poema

quiero mostrarle  al mundo algo distinto

pues desde Santa Rosa a San Jacinto

en mi noble ciudad hay gente buena.