¿Dónde has estado
Mi amor,
En los días en que
Me ahogaba la poesía.
En qué me lastimaban
Las palabras
Y el candor,
Cuando me abrumaba
Un sentimiento vacío
Que lastimaba los labios,
Quebraba los dedos
Combustionaba la sangre
E inflamaba el pecho,
con estupor ineclipsable
Que se ataba a mi hambre
Y reventaba en mi lecho?
¿Te habrás perdido en un verso
Tejido entre lejanos crepúsculos,
Mientras el humo de mis cigarros
Los empañaba de gris espeso?
¿Dónde has estado en mis noches eternas
Y mis despertares pegados al colchón,
Cuando bebo estrellas en mi balcón,
Añorando la posibilidad de que aparezcas?
Déjame te cuento
De lo que te has perdido.
De un bolígrafo peregrino
Y una botella de vino
Con aroma a llanto.
De sábanas árticas
Que congelan el furor,
De mis caricias
Nunca concebidas;
Un te amo jamás formulado;
Un beso que al aire he lanzado
A diario,
En cada suspiro con auras
De aire lacerado.
¿Dónde has estado
Cuando mi alma pide un gemelo,
Cuando mis poemas mueren
En un libreto solitario,
Cuando me acaricio el pelo
Deseando que mis dedos
Sean los tuyos
Cuando mi almohada invoca
Tu espectro
Y no te siento aunque te tengo
Y no te tengo porque presiento,
Que estás en un lugar infinito,
Que es el simple y cruel fuego,
Del infierno de mis deseos.
Y todo es eso,
Una quimera de creer que es cierto
Lo que mi paso de ciego,
Ha buscado con absurdo empeño.