Disfruta de ese breve periodo de tiempo
fugaz como el viento
en los que los errores están permitidos
y se contemplan con cariño.
Salta, corre, canta
con tu risa siempre sana
alegrando con tu mirada
a la familia que te ampara.
Los problemas no son tales
y a menudo no reales
resolviéndolos tus mayores
que te quieren más que nadie.
Y los años van pasando
y sin quererlo te vas enfrentando
a lo que la vida te va deparando
y poco a poco enseñando.
Pero no pierdas tu sonrisa
ni tu goce por la vida
y disfrútala con alegría
con la misma inocencia
de tu infancia perdida.