Hoy duele mi corazón
Porque dejó de posar
En mi minúsculo altar
El campechano gorrión.
Ni escucho ya la canción
Que tanto me hizo soñar.
No quería despertar
De mi onírica ilusión.
La inmensidad del camino
Me conmueve y me atormenta,
Me acobarda y me conduce
Al templo del peregrino
Que solo el barro sustenta
Y solo a demencia induce.