La brisa de la playa, soplando suavemente,
tiene para mi corazòn magnètico poder
que prodigioso llega, con su aliento puro
trayendo el beso que me dieras ayer.
Envìame recuerdos si quieres oir mi voz,
simpàtica memoria de lo que creò el amor.
Envìame esperanzas, sin làgrimas amargas,
o heraldos que anuncien algo consolador.
Los ecos de una lira, que en las horas de dicha,
hallaron melodìas queriendo mi corazòn.
En la memoria mìa resuena todavìa
el hechicero halago de su tierna vibraciòn.
Mi alma alegre canta, a orillas de ese mar,
donde mecerse puede, nadando en libertad.
Sueño cuando me arrullan las caricias de las olas,
porque retorno placidamente, a mi joven edad.
Recuerdos de juventud, venid veloces
en alas del viento, a besar mi sien.
Venid tomadme ahora, el hàlito de vida,
de pasiòn y ensueño, que me sienta bien.