margarita 26

La Abuela

Con  las canas pintadas, corriendo por la casa,

Como si el tiempo nunca pasara para ella

Pendiente de todo y de todos

Cocinando, humeantes y sabrosas almorzadas

Con creativo sabor, que solo su mano sabe darle,

Siempre menuda, llena de encanto,  de ojos muy verdes.


Llena de sueños, propios y ajenos,  

lgunos ya, cumplidos, 

otros… pendientes en su corazón,

 expectantes de hacerse realidad.


Sus manos ya no tejen, sin embargo

 no hay hijo, nieto, bisnieto, vecino,

 hermano,  que no haya sabido cobijarse

 del frio invierno tuyuyanino

 con sus cálidos tejidos.


Sabe de dulces, de salsas, de tucos…

que no hizo en su vida,

y cuanto queda por hacer…  

de tus hermanos fuiste la mayor,

Todos te querían. todos te quieren.


Y cada vez que te reencuentras

con tu hermana María,

la única que la vida

te ha permitido hasta hoy abrazar

el apretón  refleja un  entrañable afecto.


Supiste ser esposa, amada y feliz,

junto a su “viejo” forjaron un camino

 donde el amor y el respeto fueron su guía,

supiste  ser madre, abuela y bisabuela

supiste y sabes, de pañales de niños y papilla.


Supiste y sabes de plantas,  de cepas,

de  sonrisas, de lágrimas e incontables alegrías.

La gracia de tu vejez deslumbra  y conmueve

Llena de encanto, de recuerdos, de sonrisas,

Vives el hoy con la fuerza y el brío de una adolescente

Por eso le pido a tus  ojos, que no dejen de mirar.

A  tus  manos, que no dejen de moverse.

A tus labios, que no dejen de hablar.

Y a tu hermosa sonrisa que nunca se rinda  

Ante tanta vida.