Con las canas pintadas, corriendo por la casa,
Como si el tiempo nunca pasara para ella
Pendiente de todo y de todos
Cocinando, humeantes y sabrosas almorzadas
Con creativo sabor, que solo su mano sabe darle,
Siempre menuda, llena de encanto, de ojos muy verdes.
Llena de sueños, propios y ajenos,
lgunos ya, cumplidos,
otros… pendientes en su corazón,
expectantes de hacerse realidad.
Sus manos ya no tejen, sin embargo
no hay hijo, nieto, bisnieto, vecino,
hermano, que no haya sabido cobijarse
del frio invierno tuyuyanino
con sus cálidos tejidos.
Sabe de dulces, de salsas, de tucos…
que no hizo en su vida,
y cuanto queda por hacer…
de tus hermanos fuiste la mayor,
Todos te querían. todos te quieren.
Y cada vez que te reencuentras
con tu hermana María,
la única que la vida
te ha permitido hasta hoy abrazar
el apretón refleja un entrañable afecto.
Supiste ser esposa, amada y feliz,
junto a su “viejo” forjaron un camino
donde el amor y el respeto fueron su guía,
supiste ser madre, abuela y bisabuela
supiste y sabes, de pañales de niños y papilla.
Supiste y sabes de plantas, de cepas,
de sonrisas, de lágrimas e incontables alegrías.
La gracia de tu vejez deslumbra y conmueve
Llena de encanto, de recuerdos, de sonrisas,
Vives el hoy con la fuerza y el brío de una adolescente
Por eso le pido a tus ojos, que no dejen de mirar.
A tus manos, que no dejen de moverse.
A tus labios, que no dejen de hablar.
Y a tu hermosa sonrisa que nunca se rinda
Ante tanta vida.