De sus amantes no se habló jamás
Solo de su extensa obra
Como si ellas estuvieran demás
En su pasado sin sombras.
Nadie mencionó a Ester
A su Manuela ni a Norma
Ni menos a su mujer
Que le decían la cobra.
El poeta sonreía
Con una mueca en su boca
Injusta era la vida
Con sus amores de alcoba.
Ellas que todo lo dieron
Que inspiraron todas sus odas
Se consumen en el silencio
De alguna playa sin olas.
Su fuerte que era el amor
Y cuanto les escribió a todas
Las que un día lo amaron
Las que hoy nadie nombra.