La miraba por encima de su dulce cuello
No habia nada, no tenia rostro aquella...
Pero escuchaba su respiración y su voz,
Y la miraba.
El aire traslucido que corria, surcaba el espacio donde debiera estar su cara
No habia nada
La observaba detallandola
¿Qué podia ser?
Ella seguia tranquila,
Sentada mesiendose en su vieja silla mientras fumaba un cigarro
Disfrutando el tiempo
Y yo no sabía quién era ella, ni de dónde venia, ni por qué estaba aquí,
Tampoco sabía quién era yo
Pero no importaba nada pues estaba absorto en ella
Sólo la tenia en frente sentada fumando un cigarro.
No veia su cara y no me importaba
Y no sabia por qué pero estaba enamorado
De aquella mujer sin rostro.
Era tan bella
Sus palabras tan finas y delgadas
Su voz celeste
Y su presencia plausible
Su cuerpo...
Era tan diferente a todo lo que habia visto antes;
Sólo seguia fumando
Y yo la contemplaba cual si fuera una deidad
Y oia su respiración
Cada vez mas agitada,
Cuando de repente
se fue ellla con el viento,
No quedo nada en esa silla
Que seguía mesiendose
sino su camisa y su falda.