Una calesita musical
tengo en mi cerebro.
No voy a colocarle música
a mis palabras.
Una vez más,
ella la llevo en el alma,
y me hace plasmar
este sentimiento
que me hace ser
el más feliz
de los mortales.
Aunque penas se acumulen
en mi ser, en mi piel,
en mi corazón,
soy feliz.
Quiero que lo sepas.
Soy feliz, sí.
Hasta yo mismo pienso
que esto no es mi realidad.
Pero lo es.
¿Sabes por qué?
Porque todo este amor
que realmente invade a mi cuerpo,
estoy tratando de no ser
el hombre desesperado
y trágico de tantas páginas.
Aunque lo ansío desesperadamente.
Pero...tiempo al tiempo.
Sabiendo que tú
estás escuchándome,
¿cómo quitarme el placer
de ser feliz?
Al seguir latiendo mi corazón,
¡vivo!... y tú eres
parte de mi vida.
Me lees, me escuchas,
me juzgas, me criticas,
pero estás allí, donde estás.
TIENES VIDA.
TAMBIÉN YO.
Tú estás aquí, conmigo,
escuchándome...
Tal vez esbozando una sonrisa,
o juzgando que lo mío no te agrada.
No importa.
En el camino de la vida,
no existen totales
alfombras de flores,
también hay piedras,
que se incrustan
en las suelas
de mis perforados zapatos.
¡Pero igual SOY FELIZ!
Derechos reservados de autor( Hugo Emilio Ocanto - 31/03/2014)