Como paloma sin nido
Quedó el alma al tú marchar,
Pero el bálsamo de olvido
Llegó feliz al final.
Fuiste un sueño concebido
En mi incesante buscar
Que el abrumado sentido
No concebía olvidar.
Fueron muchas tardes largas
Entre caricias y besos
A las que diste la espalda;
Se quedaron como albrícias
Al recibir la noticia
Que rompiera el embeleso.
Recuerdo que el corazón
Sumido en febril candor
Explotaba de calor
Con orgullo y alegría
En aquellas tardes frías
En que me dabas tu amor.
Te agradezco la partida
Pues se abrieron nuevas sendas
Que colmaron de esperanza
Las ilusiones que a ultranza
Reaparecieron dilectas
Dando sentido a mi vida.