Un triste y largo marzo
que me duró un año,
que derrumbó mis sueños
uno a uno
como pétalos mustios
de una flor marchita.
Por amor todo lo di
y me quedé tan vacía
en el centro de mis penas
sin norte, sin guía,
no me di cuenta
que sin ser amada,
yo amé, en demasía.
En una nube me sentía
y soñaba…, y volaba
por cielos que no eran míos,
pero la nube cayó
convertida en aguacero
dejándome revolcada
en un charco de lágrimas.
Una leve esperanza
sostenía mi vida
aferrada a su recuerdo,
que me embriagaba;
pero este marzo
me dio una bofetada
y me hizo entender
que estaba equivocada.
Marzo que me duraste
un año eterno de pesares
me despido de ti,
no quiero volver a vivirte.
Que venga abril a mi vida
que me traiga ilusiones,
que me ponga los pies sobre la tierra
que acabe con mis delirios
y con mis desilusiones.