Alexander J. Montero

Nepente

 

Calla ya tus ojos por favor,

esos tus ojos, siempre lo han sido

inexpresivos y sorpresivos,

serpientes mirando

las olas tronando,

un permanecer congelado

y con su luz a la espalda de la escena mirando.

tranquiliza ya a tu cabello

que entre rizos, serpenteo

y tantos truenos

a la locura del mar

me han recordado,

y deja ya de temblar esos labios

que son la misma linea del horizonte

mirando el mismo final.

¡¡¿Que ángel me ha dado el cielo

por cuidar?!!

con las alas en el pecho

volando en contra de su propio cause

¿asta donde podrá volar?,

estoy molesto contigo mismo.

otro día tus venturas, artes y grandezas

en otro poema abre de hacer volar,

pero no hoy, hay cosas que tienes

que cambiar y una que otra por mejorar,

muere pues tu tempestad del cielo,

te espero en el próximo huracán,

no sin antes en ruiseñor abras de resucitar.