Calla ya tus ojos por favor,
esos tus ojos, siempre lo han sido
inexpresivos y sorpresivos,
serpientes mirando
las olas tronando,
un permanecer congelado
y con su luz a la espalda de la escena mirando.
tranquiliza ya a tu cabello
que entre rizos, serpenteo
y tantos truenos
a la locura del mar
me han recordado,
y deja ya de temblar esos labios
que son la misma linea del horizonte
mirando el mismo final.
¡¡¿Que ángel me ha dado el cielo
por cuidar?!!
con las alas en el pecho
volando en contra de su propio cause
¿asta donde podrá volar?,
estoy molesto contigo mismo.
otro día tus venturas, artes y grandezas
en otro poema abre de hacer volar,
pero no hoy, hay cosas que tienes
que cambiar y una que otra por mejorar,
muere pues tu tempestad del cielo,
te espero en el próximo huracán,
no sin antes en ruiseñor abras de resucitar.