El corazón más puro
también ama la sombra algunas veces
y por propio placer busca en el sueño la divina ebriedad
y se comporta
como un sórdido antojo
el corazón más puro es el que nunca
se alimenta de escrúpulos,
el que tiene el antídoto que todos precisamos,
el que coge el teléfono y escucha
cómo le hablan de Dios las golondrinas,
el que silba entre dientes
el que llora de espaldas
y es que os puedo decir que me arrepiento por haberos
causado tanto agobio
y es que os puedo jurar que en circunstancias normales
estaría estrechando vuestras manos
pero el tiempo no pasa inútilmente:
puede que olvide dónde
pero hay
un lugar en el mundo donde algo muy mío
-un corazón muy puro-
se rompió para siempre.