Llora los días de infierno y tormento,
se ha vuelto una garra la mano asesina.
Allí mismo se divisa la antorcha
que marca el pasaje a la lobreguez de la muerte.
Asesinos a sueldo, sicarios, sayones
han osado tocar tu cuerpo de virgen.
La sombra siniestra arrasó con tu vida
a la luz de una orden de exterminio y de ocaso.
Aviva las cenizas en un cielo de niebla
donde cae la paloma y se levantan los cuervos.
Donde está la conciencia, están con nosotros,
se ufanan, presumen codicia, ostentan poder
pretenden la gloria y la equidad… ¡está oculta!.
Entre el bien y el mal ya no hay diferencia.
Están allí al asecho en las sombras
pretendiendo el olvido y la osada injusticia.
CARLOS A. BADARACCO
28/3/14
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