NO QUIERO LA CARNADA,
POR ESO ME ALEJO LLENO DE HAMBRE HASTA QUE PUDE OLER LA SANGRE,
NO HUBO LENGUA Y AUN ASí ME ENGANCHE A MODO DE PEZ EN UN ANZUELO,
JAMÁS PENSASTE EN PESCAR ESTE VIRUS,
EL FRIO POR LAS ESCAMAS Y ESTA FALTA DE OXIGENO QUE ABUNDA EN LA SUPERFICIE ATERRA.
FLUYES EN CADA PARTíCULA DEL RELOJ DE ARENA,
CONDENADO A SENTIR CADA MOLÉCULA DEL ALFABETO,
ME LLEVO A ESCUCHAR AL SILENCIO,
DICTANDOME LA COMPOSICIÓN DE LOS LATIDOS.
LA RAZON DE MI TE LA DEBO A TI,
Y AHORA NO SE PERDONAR POR LO EN LAS TINIEBLAS ME HALLE DE ENCONTRAR.
LINCOYAN DEL ROSARIO.