PARA UN VIEJO JOVEN
Con un sueño en la mente, mil ilusiones presentes
una amargura inmensa, la mano levantada
y una lágrima añorada fue la despedida.
Mil mundos perdidos, cantidad de amores pasados,
el corazón desecho y una adolescente esperando
un futuro lejano y el adiós en tus pasos.
Rosas para el amor, más el amor donde estaba
legendario caminante, lo perdiste en mil instantes,
el amor, la pasión, todo uniste para ser feliz,
enfermo, hoy tu corazón de rencor y ternura
ya no puede dar amor, ni siquiera recibirlo
y la adolescente espera sin plazo, ni tiempo.
Legendario peregrino viejo en experiencias
de amores desgastados, vagabundo sin alcance,
hoy te iras de aquí.
La estación, el adiós; la lluvia, tus lágrimas;
El silencio, la noche; el infinito, tu despedida.
Te quedaste solo, con mil estrellas en las manos
con luces que se apagan, tan fugaces como tus amores.
Te quedaste solo y lloraste como nunca en años,
cuando sin haber vivido aún, resististe hidalgo
el primer desengaño con una amada
hace mucho tiempo olvidada.
Con un sueño en la mente, mil ilusiones presentes
una amargura inmensa, la mano levantada
y una lágrima añorada hoy te irás de aquí.
Mil mundos perdidos, cantidad de amores pasados,
el corazón desecho y una adolescente esperando
un futuro lejano y el adiós en tus pasos.
Llegó el tiempo, incrédulo, ante tus ojos,
Te reflejas desdeñado, extenuado, gritas tu nombre,
nadie escucha, tus aventuras, tus cortesías,
tus engaños, nadie te recuerda ya,
Es que con el tiempo solo llegaste a ser
un hombre con experiencias.
Legendario peregrino viejo en experiencias
de amores desgastados, vagabundo sin alcance,
hoy te iras de aquí.
Ciertamente,
solo y triste, avejentada tu alma,
llores tú mayor desencanto,
y corras a buscar la adolescente
a quien aquel día desdeñaste,
Por ser tu amor demasiado ávido
para su joven e ingenuo corazón.
Hoy, adviertes que si tu razón
o tu inconsciencia hubieran consentido
que su delicado e incondicional amor,
irrumpiera en tu historia,
otro hubiera sido tu destino.
Y no sollozarías en silencio al pensarla,
ni su ausencia calaría
en la sima de tu aliento.
Legendario peregrino viejo en experiencias
de amores desgastados, vagabundo sin alcance.
Hoy, no te irás de aquí, solo,
con un adiós sin despedida.
Margarita Monsi