Hace muchos años, se los cuento en verso
nos asustó conocer por dentro,
que nuestro planeta, no era el centro
del hermoso e infinito universo.
Pero, en el siglo pasado, alguién dijo:
-Que esto quede en nuestra mente fijo:
El hombre no es esencialmente distinto,
a los otros seres que habitan la tierra,
y aunque ello, sin quererlo nos aterra
lo aceptamos tan solo por instinto.
La idea de perder de manos, ahora,
de una criatura producto de nuestra invención,
como lo es la funcional computadora
nos agota la paciencia con justísima razón,
pues quedaría en ella, monopolio y ciencia
que hasta hoy tenemos de nuestra inteligencia.
Moraleja.
Escuchen todos, con tranquilidad y calma.
Entre el hombre y la computadora
solo existe diferencia, se los digo ahora,
ella no tiene, como él...¡su alma!