Aunque hoy haga poco tiempo de tu marchada,
Ya hace tiempo que lloro tu ausencia,
y mi almohada no ha sido mas que un paño para mis lágrimas.
Noche a noche la tristeza, día a día la vida hoy castiga;
Inocentes pagan el precio de nuestros errores
y se dice falsamente que la vida continúa.
Que sabrá un Psicólogo de la vida dentro de otra mente?
Que sabrán los que se meten sin saber que pasa en un alma ajena?
Nada saben los que me juzgan; que hacen leña de árboles caídos.
...descarados que solo ven los defectos ajenos,
sin analizarse y ver que llevan realmente consigo dentro…
Camino y camino solitariamente,
acompañado de rostros que se desfiguran detrás de mis lágrimas,
y en las noches apoyo mi cansado cuerpo sobre nuestra cama,
...y mientras cosquillas que duelen salan mi almohada,
ya no siento calma en el alma.
Que dolor amor mío! Que angustia nos persigue,
Es una lástima que tu corazón herido no encuentre en mi el consuelo;
tantos años juntos parecen haber sido en vano, que no puedas volver atrás
y darte cuenta que una vez nos amamos tanto, y que aún sigo de ti enamorado.
Sabes que nunca hubo engaño,
que solo lo que vulgarmente se llama “rutina” nos ha distanciado
palabra tan odiosa como las “me he cansado”.
Pero este mundo insulso de alimenta de todo eso,
exponenciando lo malo sin siquiera restarle lo bueno;
dejando tristeza y rencores que no sanan en el presente los dolores del pasado.
Que tristeza, que aún amándote como aquel primer día, por amor deba dejarte ir.
Que pena que no te vuelvan las imágenes de los buenos momentos vividos,
Y que los abraces como por vez primera
Y que alimentes día a día tu alma, con ese amor que solías sentir. A.Cuenca