En nuestro ultimo encuentro,
ella pronunció unas palabras que a pesar de ser silenciosas,
no dejaron de ser dolorosas...
Me miró a los ojos como ella siempre solía hacer y dijo:
“¿Si no podemos acabar juntos,
¿para que seguir creyendo en una mentira?\"
Lo dijo de la forma que solo ella lo podía hacer
Con toda esa frialdad cargada de verdad.
Y sin en ningún momento,
mirar hacia atrás...
Se marchó a otro lugar
Como ya se marchó una vez...
Pero esta vez se marchó a un nuevo lugar
al cual no la podré alcanzar.
Se fue,
dejando atrás una historia por escribir
Un libro de poesía carente de versos
Con todas sus páginas vacías.
Perdí tan pronto como había ganado
Todo aquello por lo que había luchado
Y sin apenas darme cuenta,
me convertí en un recuerdo del pasado.
Aprendí de la peor manera de que todo en esta vida
sigue a pesar de que inevitablemente yo siga aquí parado.
Ella siempre fue Mia sin jamás serlo
pero Soy consciente de que Tarde o temprano,
encontrará a otro que tendrá el privilegio de compartir la vida a su lado.
Y a pesar de que es difícil de aceptar
Se ha marchado…
y tan solo me ha dejado su recuerdo
y alguna que otra noticia que me llega de segunda mano.
A nadie ya le importa si alguna vez me sonrío o conmigo lloró
pues es posible que mientras escribo estos versos hablando de ella,
este sonriéndole a otro que nada tiene que ver conmigo
pero que sin tan siquiera saberlo forme parte de su destino.
Y ella ira olvidando mi nombre,
mi voz,
mi rostro...
Sin saber que su ultima mirada
Fue como una flecha envenenada
Que congeló mi maltrecho corazón...