No huyas de mí,
alejándote así.
Me prometiste
no hacerme
sentir más penas.
¿No te das cuenta,
que ante mi fealdad,
tengo un alma
que te ama desesperadamente?
¿Es que me conociste
en la oscuridad?
¡cómo pudiste alentar
así a mi alma,
y ahora me rechazas
porque mi rostro
no te agrada!
No me humilles así.
No me hagas sentir un monstruo.
He tenido un accidente,
que desfiguró mi rostro,
pero no destruyó mi alma.
Tú la amabas...
¿y ahora?
Te has enamorado
de otro, y a mí
me haces a un lado.
¿De nada te das cuenta?
Piensas solamente en ti,
porque vives un nuevo amor,
y te olvidas del mío...
Acepto tu decisión,
aunque hieras mi alma.
Si crees no podré
hacerte feliz,
tienes vía libre
para ir en busca
de tu felicidad...
Derechos reservados de autor( Hugo Emilio Ocanto -03/04/2014)