Te vi, cual la luz se ve,
Iluminabas tu entorno,
Brillaba todo tu ser
con singular sencillez
Y sentí que el corazón
Ardía cual fuerte horno.
El brillo que tus dos soles
Emitían, me cegaron,
Y sentí la luz del día
Celosa palidecer
Por tu perfecta armonía,
¡Por tu belleza...mujer!
Grácil tu cuerpo mecías
Cual elegante princesa,
Para que el alma mía
Por siempre quedara presa.
Lo más bello fue el sentir
Tu hermosa mano de seda
Y contemplar tu hechicera
Sonrisa al verte reír.
Después, no supe de mí,
Encerrado en tu belleza
Feliz, con el alma presa
Como nunca imaginé...
¡Tu esclavo por siempre fui!