- Si te miro es eterno y pienso en tu cuerpo casi como un sueño,
si te pienso es infinito, como pararme en las arenas del tiempo,
si te siento es porque muero en tu recuerdo y supone gracia, supone
vida, y mirar el atardecer es verte desnuda a media luz y justifico
el llanto de los ojos, por sentir pecar al ver tanta perfección.
Eres el mundo y tu piel es el agua, un agua robusta y de seda,
tu boca un deseo, tus piernas dos pilares de mármol que sostienen
las puertas de la vida. Nada pasa deprisa en ti y el orgasmo de colores
aún lo llevo en mi pecho, es incansable, como peces que seducen al mar
con su danza. Verte reir es un rayo de sol en medio de la noche.
Te amo porque realzas mi humanidad y vences todo mal con el rozar
de esos labios, que son aire: un ecosistema diseñado para un ser
como yo. Nunca quisiera verte partir, pero el solo verte, de cualquier forma,
en cualquier parte de tu cuerpo, me da esperanza para creer que tus
besos dan inmortalidad y con solo saber de tí mi alma encuentra paz.
Te amo siempre, siempre en infinito, siempre inmutable, siempre que
sea siempre ahí estaré contemplando tu amor, viendo el paisaje de tus ojos,
lo profundo de tu alma, la excepcional riqueza de tu ser.
José Nájera Colindres.