Araceli Vellber

Aqui.

Aquí lloran, los que ganan, los que pierden

Aquí lloran, los que aman, los que desaman

Aquí lloran, los que se divierten, los que sufren

Aquí lloran, los que dicen la verdad, los que mienten

Aquí lloran, los niños, los vivos.

Callan los muertos, en su caja de madera y

Se silencia a la mañana, con el humo de la guerra

El ruido de la miseria humana

Embotellada como doctrina autoritaria

Vendidas en la esquina de la calle, como decisión mayoritaria

Vuelan las cabezas desangradas

Y se quedan quietas, las que montan las armas

Las que deciden, arriba, abajo, izquierda o derecha

Las que definen el objetivo en su catalejo de plata

Las que descifran, la desfachatez humana.

En la ladera izquierda de mi cuerpo

Tengo la herida que dejó el tiempo

Que fui cavando poco a poco, como en mi viejo huerto

Que fui regando con las lágrimas, que traía el viento negro.

Silenciamos a los muertos

Por si todavía tienen algo que contarnos

Por si se les ocurre volver y enseñarnos el pasado.

Y esta historia, me deja la herida abierta

Sin sangre que brotar, ya desangré de pena

Ya de pena, perdí el alma

Y el alma, la entregué a la guerra.

Aquí lloramos, por llorar, hasta lloran las hogueras

Que su fuego entregan a la tierra

Para confundir al enemigo y calentar la miseria.

Aquí nos quedamos, contando las historias

Sin mover una piedra, para cambiar las formas, las maneras.